Hoy es el cumpleaños de José Vicente Bonet. Cumple nada más
y nada menos que 89 años. Mi madre de estar viva hubiese cumplido hace una
semana 91, y tan orgulloso que estaría José Vicente de ser dos años menor que
ella, lo que comentaba todos sus cumpleaños con ese tono juguetón que le sigue
caracterizando.
La primera llamada de la mañana ha sido para él, para darle
por voz mi felicitación y cariño. Es que le encanta recibir felicitaciones y
sentir que sus amigos seguimos acordándonos de él. Y es que me encanta oír su
voz tan melodiosa y escuchar de sopetón una ocurrencia de las suyas que me
provocan la carcajada.
Yo no sé si le habré alegrado el día, pero lo que sí sé es
que él a mí sí. Porque detrás de esa carcajada mía van todos mis recuerdos y
vivencias asociadas de cuando él estaba “en forma” y venía a Madrid a dar sus
talleres, las charlas que hemos tenido, las esperas de tren de vuelta, las
cuestiones logísticas y transcendentales que hemos escudriñado y compartido, y
tantos y tantos momentos de “estar”. Y me viene también todo el agradecimiento
que le tengo por haber sido mi figura Pigmalión durante unos cuantos años,
desde ese taller de autoestima en Galapagar al que fui a aprender, y con la
primera dinámica que propuso -y su presencia-, se me vinieron abajo todas mis
intenciones de saber más y no pude más que sentirme…
La última vez que nos vimos fue este verano, con motivo del
Congreso Europeo de Psicoterapia, que dado que se celebró en Valencia fuimos a
visitarle Javier García-Forcada y yo. He aquí dos fotos, donde podéis ver que
sigue con su ¡vitalidad expresiva que le caracteriza!.
Desde aquí quiero que reciba nuevamente mi felicitación.
¡Felicidades José Vicente!