jueves, 31 de mayo de 2012

Autocuidado para psicoterapeutas


En la voraz cotidianiedad se me olvida aquello del autocuidado. Ya lo decía Jorge Bucay en su cuento “El leñador tenaz”, hay que parar y afilar el hacha. Yo tengo un piloto automático muy pesado que cree que puede volar infinitamente y que no admite ni la dura realidad del “no puedo más” ni me consiente reconocer la incapacidad sentida y vivida aquí y ahora.

La, tan a menudo, maltratada autoayuda (pobrecita ella) vino a socorrerme justo en el momento más delicado para susurrarme al oído las siguientes palabras mágicas “anda guapa aplícate el cuento”. Y es que los psicoterapeutas debemos estar especialmente atentos y atentas a las señales de cansancio, de vulnerabilidad, de incapacidad, de hartazgo.

Es importante abordar este tema y diferenciar las dificultades derivadas de sostener un elevado ritmo vital de las historias y vivencias con las que trabajamos a diario. Cuando se empiezan a mezclar unas y otras es hora de parar y meditar unos instantes, tomarnos un momento de respirar y retomar el control de la nave.

Si lo que te escribo en estas líneas te resulta familiar, si notas que te pesan tus tareas más de la cuenta, si percibes el sonido lento y costoso de tus engranajes mentales es hora de recuperar un espacio donde, simplemente, ser persona. Te recomiendo el cuento de Bucay.  Somos nuestra herramienta.

Nuria Vargas Hernández.
Psicoterapeuta individual y de grupo.
nuriavargas-psicologosalcala.blogspot.com

Puedes encontrar el cuento “el leñador tenaz” en el libro “Déjame que te cuente. Los cuentos que me enseñaron a vivir” de Jorge Bucay, publicado en 2.005 por RBA Ediciones de Bolsillo.

1 comentario:

  1. Gracias Nuria por tu reflexión y por aportar tu energía a la Asociación

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